
HUERTOS METROPOLITANOS - GESTIÓN DEL ESPACIO
Construir un huerto en la ciudad no es tarea fácil, sobre todo cuando el espacio es muy reducido.
Para quienes no disponen de terraza o jardín, el margen de maniobra suele ser muy limitado.
De hecho, la mayoría de los balcones metropolitanos tienen una media de 80x200 cm de profundidad y anchura.
En estas condiciones, es esencial organizar bien el espacio para construir un huerto capaz de dar la satisfacción esperada.
CÓMO APROVECHAR EL ESPACIO
Sin embargo, la disponibilidad de pocos metros cuadrados no debe desanimarnos. De hecho, podemos aprovechar los alféizares de las ventanas apoyando pequeñas macetas en estructuras de hierro fuera de la balaustrada.
Evidentemente, se trata de macetas muy pequeñas en las que no se nos ocurriría cultivar nada que resulte demasiado pesado o crezca demasiado alto, como tomates o calabacines, por ejemplo, por el riesgo de vuelco. En su lugar, pensemos en algún tipo de ensalada o en la tan querida albahaca o más bien en algunas hierbas aromáticas como la salvia o el romero.
Más articulado, pero no por ello excluyente, es también el uso del espacio aéreo con la posibilidad de fijar macetas a la estructura del balcón del piso superior. Sin embargo, estos recipientes tendrán que ser aún más pequeños y fijarse también al balcón inferior para evitar inclinaciones peligrosas en caso de vientos fuertes.
Evidentemente, esta disposición puede resultar poco atractiva e inoportuna para los demás bloques de pisos, además de reducir la cantidad de luz que entra en la casa y convertirse más en un problema que en una oportunidad en la gestión de nuestro huerto.
De hecho, una maceta elevada sólo puede regarse manualmente por la dificultad de llegar a ella con pequeños tubos que corren el riesgo de ser precarios y también difíciles de fijar a una parte de la estructura.
LA SUPERFICIE TRANSITABLE
Volviendo a nuestro pequeño balcón, debemos intentar aprovechar el lado largo y los dos lados mucho más cortos maximizando cada centímetro disponible. Para explotar los metros cuadrados disponibles, también podemos pensar en colocar pequeñas macetas en los dos lados adyacentes a la puerta de salida, sobre todo si los dos lados tienen dimensiones útiles diferentes.
Una vez definido el contexto, estamos listos para trabajar en la organización logística de las macetas.
Para aprovechar al máximo el espacio, se recomiendan macetas rectangulares con una profundidad/anchura no superior a 40 cm para permitir tanto la apertura de la puerta del balcón como un mínimo de movilidad, sobre todo si la profundidad del balcón no supera una media de 80 cm.
Menos aconsejable, en tamaños similares, es el uso de macetas redondas que encajan mal unas con otras y roban un valioso espacio a la horticultura.
FUNCIONALIDAD
En espacios reducidos, la necesidad de maximizar la superficie cultivable se convierte en el principal objetivo. Incluso un huerto pequeño pero bien organizado puede producir muchas satisfacciones en términos de cosechas generadas, además de mucha pasión y una pizca de innovación.
En particular, hay que dar preferencia a las macetas móviles, que además pueden cerrarse fácilmente al final de la temporada para pasar el invierno, poco propicio para los cultivos, lo que permite recuperar espacio en el pequeño balcón.
Por último, al tratarse de un ambiente muy acogedor, no hay que descuidar el aspecto estético y, en este caso, el jarrón vuelve a asumir el papel de protagonista.
Las macetas deben ser todas iguales y a ser posible también del mismo material, favoreciendo lo más reciclable.
Por último, pero no por ello menos importante, tampoco olvidaría el colorido, a ser posible también bastante vivo, capaz de subvertir un contexto metropolitano a menudo muy gris.
Además, no excluyamos la posibilidad de cambiar el "look" al cabo de unos años renovando, con un desembolso mínimo, la cubierta protectora exterior que evita sustituir la estructura interior, que se mantiene bien conservada a pesar de la constante exposición a la intemperie.