
Humus y nutrientes
El humus es una sustancia completa porque, además de diversos nutrientes, también contiene microorganismos útiles para el sistema radicular de la planta.
Se obtiene mezclando tierra, residuos orgánicos y estiércol, que son procesados por lombrices de tierra. La acción digestiva de la lombriz de tierra garantiza un producto inocuo para las raíces y que no da problemas en caso de sobredosis.
Otro abono que puede utilizarse es un derivado de la transformación industrial de la remolacha azucarera.
Se llama Borlanda.
Muchos abonos líquidos se basan en esta sustancia, rica en nitrógeno y potasio.
La Harina de Algas es un abono muy adecuado para el huerto de balcón.
El Litotamnio es una harina elaborada a partir de algas rojas y tiene un alto contenido en calcio y magnesio. El calcio es muy importante para los tomates y los pimientos porque hace que el suelo sea menos ácido y evita la podredumbre apical.
El Altramuz es una leguminosa que puede utilizarse como abono cuando se seca y se tritura. Contiene nitrógeno y es especialmente adecuado para las plantas acidófilas. Se recomienda para quienes mantienen cítricos en macetas.
Mi Abuela solía decir que las plantas se alimentan a través de tres vías.
La vía aérea, que se produce a través de los intercambios gaseosos entre la planta y la atmósfera.
La vía del agua, a través de la cual la planta absorbe el agua de sus raíces y hojas.
La vía del suelo, es decir, las sales minerales presentes en el suelo y disueltas en el agua.
Me gustó mucho esta explicación de Nonna.
En el libro de Biología había un pasaje que siempre me la recordaba.
Decía algo así:
"Las plantas se nutren del suelo, a través de sus raíces y con la ayuda del agua: las sustancias minerales disueltas en el líquido, llamadas savia bruta, llegan a todas las partes de la planta. A través de los canales más internos del tallo, llamados vasos leñosos, la savia bruta llega a todas las partes de la planta, hasta las hojas más pequeñas. Esta vía se denomina circulación ascendente. En las hojas tiene lugar un proceso químico denominado fotosíntesis clorofílica, ya que sólo puede realizarse con la ayuda de la luz solar y la clorofila presente en las hojas. Durante el día, las hojas absorben dióxido de carbono del aire y la savia bruta se transforma en savia elaborada, compuesta de agua, almidones y azúcares. Las plantas fabrican todo lo que necesitan para alimentarse, pero las sustancias químicas necesarias deben estar presentes en el suelo. Además, la presencia de luz solar y agua es indispensable".
Abonar el huerto o las macetas del balcón significa suministrar a las plantas muchos elementos esenciales como carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre, magnesio, cloro, hierro, cobre, zinc, manganeso, boro y molibdeno.
Todos estos elementos son muy importantes para el buen crecimiento de las plantas, pero a la cabeza de la lista situaría, sin lugar a dudas, el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
El nitrógeno es el principal responsable de la producción de hojas. Su adición mediante fertilización estimula el crecimiento. Cuando falta, el crecimiento se detiene y la planta pierde vigor. Cuando se añade en abundancia, puede dañar el sistema radicular de la planta.
Las judías, los guisantes y las habas tienen la capacidad mágica de captar el nitrógeno del aire y fijarlo en el suelo para que esté disponible para otras plantas.
De hecho, mi Abuela, cuando cultivaba habas, luego ponía tomates y pimientos, hortalizas ávidas de nitrógeno.
El fósforo es esencial para la floración y la fructificación.
Todos los abonos contienen fósforo. La falta de fósforo se manifiesta por cambios en el color de las hojas hacia tonos marrones o violáceos. La planta tardará mucho en madurar. El exceso de fósforo, en cambio, no causa problemas pero puede dificultar la absorción de otros nutrientes.
El potasio es importante en la formación de partes leñosas como tallos, ramas y raíces. También influye en la capacidad de transpiración del agua en las células, favoreciendo así la resistencia a la sequía.
La carencia de potasio se manifiesta en el amarilleamiento de las hojas y la necrosis de los márgenes, que tienden a levantarse. El daño también afecta al crecimiento de los brotes y al desarrollo de las flores.
En la naturaleza, las plantas son autosuficientes, como los animales, y son capaces de procurarse su propio alimento para sobrevivir.