
Cómo plantar tomates | Todo lo que necesitas saber
En este post vamos a hablar de técnicas de cultivo de tomates y, en concreto, de cómo plantar tomates a partir de semillas y cómo cultivar tomates en macetas.
Pero primero empecemos con un poco de historia.
HISTORIA
El tomate es una planta originaria de Perú, cultivada en México primero por los Mayas y luego por los Aztecas.
En los últimos 200 años se ha convertido en uno de los cultivos hortícolas más importantes; se han seleccionado muchas variedades para su cultivo, adaptando la planta a los climas y suelos más diversos.
Es una hortaliza que no puede faltar en ningún buen huerto casero, por eso aquí te damos algunos consejos sobre cómo cultivar tomates.
Como siempre, nos planteamos cultivar nuestras hortalizas de acuerdo con el cultivo ecológico, es decir, sin utilizar insecticidas químicos de síntesis, sino con métodos naturales de defensa. El objetivo es obtener hortalizas sanas y sostenibles, veremos cómo hacerlo a continuación.
Del tomate cherry al tomate corazon de res, del clásico tomate para salsa a los extravagantes tomates negros, hablamos de una hortaliza que nunca pasa de moda, gracias a sus múltiples variedades y a los miles de usos que encuentra en la cocina.
La satisfacción de comer un tomate recogido directamente de su propia planta compensará todo el trabajo agrícola necesario, así que veamos cuál es la mejor forma de cultivar esta hortaliza en un huerto ecológico.
El suelo y el clima adecuados para plantar tomates
El suelo
El suelo ideal para cultivar tomates es con ph=6, el suelo debe ser bastante suelto y drenante, libre de estancamientos de agua que favorecerían las enfermedades de las plantas. Para obtener una buena cosecha, el suelo también debe ser rico en nutrientes y materia orgánica. De hecho, el tomate es una hortaliza bastante "glotona".
Como plantar tomates: Clima
Aunque se han seleccionado tipos de tomates bastante resistentes al frío, siguen siendo resistentes a las heladas y, sobre todo, requieren una buena exposición al sol. Los tomates pueden cultivarse prácticamente en cualquier lugar de Italia, siempre que se disponga de un terreno soleado.
La planta también teme la sequedad excesiva, que puede limitarse con acolchado y riego.
Plantar tomates: El abonado del tomate
La fertilización del tomate es muy importante para obtener una buena cosecha, sobre todo si el suelo ha sido cultivado anteriormente. La aportación más importante de materia orgánica es el "abonado de fondo": consiste en poner abono en el laboreo preparatorio del suelo.
Como cantidad calculamos 0,6 kg de abono orgánico granulado por metro cuadrado, 10 veces más si se trata de estiércol o compost maduro. Si se puede elegir, siempre es mejor utilizar estiércol maduro en lugar de pellets, ya que al aportar más sustancia enmienda el suelo, mejorando su estructura.
Si la producción es escalonada, las aportaciones de abono pueden hacerse a lo largo del año, interviniendo también con productos orgánicos hidrosolubles como la sangre de buey o el borlande (residuos de la transformación de la remolacha).
Cuando plantar tomates
Siembra de tomateras.
Los tomates deben sembrarse en un semillero, entre febrero y marzo; la semilla germina en aproximadamente una semana. Debe colocarse en un ambiente cálido: necesita unos 24 grados para germinar. Después necesita al menos 13 grados para crecer.
El tomate es una planta sensible a la temperatura más que a las horas de luz.
Diseño de plantación
Para decidir a qué espaciado trasplantar las plántulas de tomate, es necesario saber si la planta es determinada (deja de crecer cuando alcanza un cierto tamaño, por lo que no necesita soporte) o indeterminada (hay que proporcionarle soportes).
Los tomates de huerto suelen ser de crecimiento indeterminado y se hacen hileras separadas 70 cm (50 cm a lo largo de la hilera entre una planta y la siguiente), es conveniente disponer los soportes (hacer dos hileras emparejadas, los soportes se cruzan en la parte superior, donde se unen, de esta forma el soporte gana estabilidad y una parte nunca sufre traumatismo radicular.
Las plantas de hábito determinado se trasplantan en hileras separadas 120 cm y 70 cm en la hilera, la distancia es mayor porque se desarrollan horizontalmente.
Como plantar las plántulas
El trasplante de tomates: de la siembra en el semillero a la plantación en maceta, hasta la fase de prefloración.
En este punto se puede trasplantar, siempre que las temperaturas mínimas sean de al menos 10 grados.
Las flores necesitan un mínimo de 13 grados para cuajar, de lo contrario se produce una caída sin fruto.
El trasplante en la fase de prefloración, cuando las plantas tienen unos 30 cm de altura, permite disponer los plantones con las flores hacia el exterior del parterre, de modo que todas las flores saldrán por ese lado y la cosecha será muy cómoda.
Cultivo de tomates
Para cultivar tomateras en el huerto con éxito, hay que tomar ciertas precauciones:
- colocar los soportes adecuados,
- mantener a raya las malas hierbas,
- mantener el agua en el huerto regando cuando sea necesario
- podar las plantas correctamente recortando el tomate y el rematarlo a la altura adecuada.
Construcción de soportes y atado del tomate
Para evitar que la tomatera se tumbe al crecer o, lo que es peor, se rompa por el peso del fruto, es muy importante colocar soportes. Las posibilidades son múltiples y si recorremos diferentes huertas podemos descubrir muchos andamios de bricolaje.
Para las variedades de crecimiento determinado basta con una simple estaca vertical clavada en el suelo, pero en muchos casos es mejor construir estructuras más articuladas.
Lo importante es que la planta se mantenga erguida y reciba mucho sol. Además de hacer los soportes, hay que acordarse de atar el tallo del tomate a medida que crece, algo que a menudo se pasa por alto.
Podar y despuntar el tomate
Poda de los brotes axilares
La tomatera produce brotes en las axilas de las distintas hojas, también llamados cacchi o femminella.
Éstos deben cortarse cerca de la base lo antes posible (con las hojas o incluso con la uña), ya que disipan la energía de la planta.
Lo mismo se aplica a los chupones que crecen en la base. Las hembras o chupones de cierto tamaño pueden utilizarse para reproducir la planta a partir de esquejes, de modo que se obtengan tomates tardíos.
Los axilares cortados pueden dejarse al pie de las plantas para no empobrecer el suelo. Si el suelo tiene demasiado nitrógeno, también pueden crecer hembras a partir de los racimos florales y las nervaduras de las hojas.
Despunta
El tomate debe dejarse crecer hasta septiembre, y entonces se desmocha el brote central, lo que permite a la planta concentrarse en la altura que ha alcanzado en lugar de seguir alargándose. Las variedades de crecimiento determinado no deben despuntarse.
Cuánto regar tomates
No es fácil dar indicaciones correctas sobre la cantidad de agua que necesita un cultivo; sin duda, el tomate es una hortaliza que requiere bastante agua.
Para el cultivo en invernadero, el tomate necesita 1.400 litros por metro cuadrado; en el huerto, por supuesto, depende del clima y del suelo.
Por término medio, bastan entre 600 y 900 litros, incluidos los que caen en forma de lluvia. Para que te hagas una idea, un milímetro de lluvia = 1 litro de agua por metro cuadrado. Si no llueve normalmente, riegue una o dos veces por semana, abundantemente pero sin estancarse.
Plantar Tomates: Rotación de cultivos
El tomate es una hortaliza que se abona bien y deja generalmente una fertilidad residual que puede ser aprovechada por plantas menos exigentes. Después del tomate, también pueden cultivarse de forma óptima, sin fertilización de fondo, leguminosas (como habas, garbanzos, guisantes, judías) o liliáceas (ajos o cebollas).
Adversidades del tomate
La planta del tomate puede ser presa de determinados insectos y, sobre todo, es susceptible de sufrir diversas enfermedades y fisiopatías, por lo que la agricultura ecológica requiere unas prácticas de cultivo cuidadosas que permitan prevenir problemas, así como un seguimiento constante que permita intervenir a tiempo.
Enfermedades del tomate
Si aparecen enfermedades fúngicas, conviene recordar que las plantas deben quemarse o tirarse a la basura y no deben utilizarse para compost ni dejarse en el suelo. Además, las esporas de enfermedades como el tizón del tomate o el fusarium pueden permanecer en el suelo y volver a afectar al huerto los años siguientes, por lo que es importante la rotación de cultivos.
En la horticultura ecológica, la prevención es crucial: si se crean las condiciones para un huerto sano, se pueden evitar los tratamientos.
Mildiú velloso
Esta enfermedad se reconoce por el amarilleamiento de las hojas; a contraluz se pueden ver diferentes densidades en la hoja amarilleada. A continuación, el color cambia a parduzco y se extiende en manchas por el tallo y el fruto. En los frutos del tomate, el mildiú velloso se manifiesta en manchas en círculos concéntricos. Normalmente ataca a partir de mediados de agosto, debido a la humedad y las temperaturas nocturnas. Para combatirlo se utiliza mezcla bordelesa, oxicloruro de cobre o productos orgánicos a base de cobre, aunque una buena prevención puede reducir el uso de fungicida
Alternaria
Otra enfermedad fúngica que afecta al tomate y que, al igual que el mildiu velloso, comienza con el amarilleo de las hojas y luego se manifiesta con manchas oscuras y podredumbre del fruto. La podredumbre puede aparecer en cualquier parte del fruto, lo que la distingue de la podredumbre apical, que en cambio es una fisiopatía. En la agricultura ecológica, la alternaria se combate siempre con tratamientos de cobre.Fusarium e verticillium.
Fusarium e verticillium
El fusarium en los tomates provoca una muerte rápida de las plantas, que se secan. Al abrir el tallo aparecen capilares negros, signo de la infección. La planta afectada debe ser eliminada rápidamente, de lo contrario la enfermedad se extenderá rápidamente por toda nuestra cosecha de tomates.
Rhizottonia o pitium
Enfermedad fúngica que afecta a tomates, zanahorias y perejil, actúa cuando hay mucha humedad y temperaturas de al menos 20 grados y afecta a la planta por el cuello y las raíces. Para evitarla conviene desinfectar la siembra y la tierra del huerto con cobre.
Bacteriosis
Cuando los tomates se ven afectados por bacteriosis, aparecen pequeñas manchas en las hojas y retraso en el crecimiento; el cobre puede curar este problema, ya que no es irreversible como las enfermedades criptogámicas.
Fisiopatologías del tomate
A diferencia de las enfermedades, las fisiopatologías son problemas causados por condiciones ambientales anormales; restablecer la situación correcta puede salvar la planta. Veamos los principales síntomas de que algo en el clima o en el suelo no va bien.
Podredumbre apical. Se manifiesta como una mancha negra en el fruto, afecta sobre todo a las variedades alargadas y recibe el nombre jocoso de "culo negro del tomate". La podredumbre apical se debe generalmente a la falta de agua; también puede deberse a un exceso de nitrógeno o potasio en el suelo. Es una de las fisiopatologías más comunes.
Escatolamento del tomate. Ocurre que el fruto está blando y marchito porque se detiene el desarrollo de la placenta. Este fenómeno se denomina escatolamento y se debe a una falta repentina de agua.
No toma color. Con temperaturas superiores a 35 grados, la producción de licopeno se detiene, por lo que el tomate no adquiere color. También suele producirse al mismo tiempo el encajado del fruto.
Caída de las flores. Las flores se secan y caen sin producir frutos. Suele ocurrir por razones climáticas (demasiado frío, demasiado calor), pero también por estados de malestar de la planta o por falta de polinización de las flores.
Rajado del fruto. El tomate engrosa su piel en caso de sequía, las lluvias fuertes posteriores pueden partir el fruto.
Rajaduras. Se deben a la elevada humedad del aire y suelen producirse a partir de la segunda quincena de agosto. Se manifiestan en forma de telarañas que afectan sólo a la parte superior, mientras que la inferior permanece sana.
Quemaduras solares. El sol fuerte puede volver blanquecinos o parduzcos los frutos del tomate; en los días de fuerte sol veraniego, conviene utilizar mallas de sombreo para evitarlo.
Hocico de gato. Son tres manchas secas que aparecen en el fruto en el ápice debido a la falta de producción de auxina. Se produce si se eliminan demasiadas hojas de la planta, cuidado con las podas vigorosas.
Insectos y plagas del tomate
Desde chinches a pulgones, descubramos juntos quiénes son los enemigos del huerto que podemos encontrar en los tomates y cómo combatirlos sin usar insecticidas tóxicos, sino manteniéndonos en los métodos ecológicos.
Pulgones. Estos piojos del tomate son peligrosos sobre todo porque transmiten la virosis a las plantas; se reconocen a primera vista cuando hacen que las hojas se enrosquen. En los huertos ecológicos, los pulgones pueden combatirse con piretro (insecticida ecológico) o métodos naturales como el ajo, el macerado de ortiga o el jabón de Marsella. La defensa biológica contra los pulgones corre a cargo principalmente de las mariquitas, incansables depredadoras de estos pequeños piojos.
Elateridae. Se trata de gusanos subterráneos que atacan las raíces; su ataque puede advertirse observando el decaimiento inexplicable de las plantas.
Polillas. Las larvas de estas polillas emergen del suelo por la noche y se comen la parte aérea de las plantas; se pueden combatir con bacillus thuringensis.
Tuta absoluta o polilla del tomate.
Dorífora. Este coleóptero ataca a las solanáceas, aunque lo encontramos con más frecuencia en patatas y berenjenas.
Mosca blanca. Insecto similar a los pulgones en su acción.
Chinches. Estos insectos estropean el fruto del tomate al picarles, por lo que conviene tomar las contramedidas necesarias, siempre dentro de una defensa biológica y natural. Para intervenir con insecticidas biológicos, conviene localizar el nido.
Babosas y caracoles. Estos gasterópodos se alimentan de la parte aérea de la planta.
Ratones y topillos.
Variedades de tomate
El tomate es una hortaliza de la que se han seleccionado numerosas variedades, diferentes pueden ser la forma del fruto (por ejemplo, piriforme, alargado, redondo, en forma de cereza) y el color de la piel (del amarillo al rojo, con vetas negras o verdes), pero sobre todo distinguimos las distintas variedades de tomates según el tipo de crecimiento de la planta. Así, tenemos tomates de crecimiento determinado (dejan de crecer) o indeterminado (siguen creciendo y, por tanto, hay que desmocharlos).
Generalmente, las plantas de crecimiento determinado son los tomates destinados a la industria, mientras que los destinados al consumo en fresco y por tanto al huerto son de crecimiento indeterminado, en parte porque tienen una maduración escalar y por tanto son mejores para cubrir las necesidades de consumo del huerto familiar, donde el objetivo es llevar hortalizas frescas a la mesa.
Hay muchas variedades de tomate famosas, distinguiendo generalmente los tomates para salsa de los tomates de mesa, de los tomates cherry a los tomates cereza. Buenas calidades de tomates de mesa son, por ejemplo, el marmande, el cuore di bue y el carmelo.
Conservar semillas de tomate de un año para otro puede ser una buena idea: permite conservar una variedad y evitar tener que comprar tomates cada temporada. Lo importante es empezar con tomates no híbridos.
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